“ALZA EL VUELO”, una fábula sobre el sistema DISC (2ª parte: estilo D)

“ALZA EL VUELO”, una fábula sobre el sistema DISC (2ª parte: estilo D)

Capital humano, Coaching, Psicología

En el artículo anterior que sirve de presentación del libro de referencia sobre el modelo DISC (léelo aquí) decíamos que el águila “Dorian posee unas dotes de liderazgo innatas como la firmeza, la visión y la voluntad de tomar las riendas de las situaciones. Se expresa de forma directa y está completamente motivado por la necesidad de conseguir resultados. Dorian no escucha con paciencia ni empatía, su especialidad consiste en evaluar rápidamente la situación y ofrecer soluciones; eso no quiere decir que no sepa escuchar, sino que su especialidad es solucionar problemas”.

Dorian

El estilo Dominante D (extrovertido, acelerado y verbal, racional u orientado a las tareas) es directo, decidido, determinado. “Al igual que el águila Dorian, los miembros del estilo D se concentran en conseguir resultados. Anteponen la acción a la planificación y normalmente se guían por una visión general a largo plazo de todo aquello que se puede conseguir. Las personas D se enfrentan a desafíos y asumen riesgos que les proporcionen grandes recompensas. Pueden tomar rápidamente el mando de una situación y determinar de manera decisiva qué medidas se deben aplicar.

Las personas D son asertivas, directas y competitivas. No les gusta perder el tiempo y su naturaleza resultadista inspira su modo de comunicarse. Les gustan las respuestas directas y llamar a las cosas por su nombre.

Las D son personas con iniciativa propia que desafían el status quo. Tratan de ocupar posiciones de poder y pretenden controlar su propio destino. Su tenacidad y su confianza naturales les permiten alcanzar los objetivos más exigentes”.

En la interacción, los D muestran confianza en sí mismo, caminan erguidos, dan la mano con fuerza y mantienen permanentemente el contacto visual. Su tono de voz es asertivo y directo, dirigiéndose hacia el asunto sin detenerse en los detalles. En situaciones tensas, pueden mostrarse impacientes, imponer sus opiniones o, incluso, su voluntad sobre la tuya.

Los autores nos dicen en el libro que la clave para el desarrollo personal no radica en reparar las debilidades de cada estilo, sino en reducir el abuso de sus fortalezas. En el caso del estilo D, tal vez sería saludable reducir el tono de: franqueza que puede interpretarse como insensibilidad, ritmo vertiginoso para evitar tomar decisiones precipitadas y volverse imprudentes, capacidad de reacción que le impide desarrollar la paciencia, determinación que le puede llevar a sufrir niveles elevados de estrés, ego que se puede convertir en arrogancia, estatura imponente que resulta intimidatoria y bloquea la aportación de ideas de los demás, autoridad que promueve la dependencia de los miembros del equipo por la ausencia de delegación, asumir riesgos cuando a veces “la rueda ya está inventada”.

La clave para el desarrollo personal no radica en reparar las debilidades de cada estilo, sino en reducir el abuso de sus fortalezas.

El estilo D viene a representar el estilo de temperamento clásico Colérico, relacionado con el elemento Fuego y el color Rojo.

El profesor del IESE experto en management Luís Huete (“Liderar para el bien común”, LID Editorial, septiembre 2015) se refiere al estilo D como la mentalidad anglosajona, capaz de desarrollar un “talento que puede llegar a ser sobresaliente en el mando, la organización, el foco en los resultados (con sesgo al corto plazo), la acción, el manejo de palancas duras de poder, la visión de oportunidades en el mercado, la información sobre competidores, la confrontación, la gestión de su carrera profesional, etc… siendo muy probable que acaben siendo personas con ambiciones de poder, gran ego, muy motivadas por el dinero, volcadas en su carrera y poca vida personal, individualistas, dominantes, insensibles, conflictivas y duras. Los rojos se mueven principalmente por el deseo de singularidad, de destacar, de ser especiales.

Al deseo de singularidad le suelen “corresponder” dos trastornos de conducta:

- La conducta asocial, en la que el fin justifica los medios y por la que se actúa con la creencia de que los escrúpulos son cosa de débiles. Esa conducta asocial, si no se le pone freno, puede degenerar en una psicopatía o sociopatía. Un psicópata, como es bien conocido, es un peligro público ya que su mente se caracteriza por maquinar “partidas” en las que se ha de ganar sí o sí (¡la distorsión cognitiva de la singularidad!), y si es a través de la desestabilización o sufrimiento de la otra parte, pues que así sea. Por desgracia, en el mundo de los líderes sociales no es infrecuente este perfil.
- La conducta esquizoide. Es propio de este trastorno “ver” u “oír” cosas singulares, que nadie más ve… Como es conocido, en este trastorno se inventa una parte de la realidad y se actúa en función de la misma. Un directivo con este trastorno es muy aficionado a producir “visiones”, que en la mayor parte de los casos acaban siendo alucinaciones”.

¿Te identificas con el estilo D Dominante? ¿Quieres comprender por qué te comportas como lo haces? ¿Y si pudieras entender la conducta de los demás? ¿Deseas identificar tus fortalezas y limitaciones? ¿Cómo aprovechar el conocimiento de tu estilo de comportamiento para relacionarte con los demás? En PROLIDERA evaluamos tu patrón DISC, te damos feedback para identificar tus fortalezas y debilidades, y ayudamos a establecer un plan de desarrollo mediante la metodología coaching. ¿Hablamos?

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