“ALZA EL VUELO”, una fábula sobre el sistema DISC (3ª parte: estilo I)

“ALZA EL VUELO”, una fábula sobre el sistema DISC (3ª parte: estilo I)

Capital humano, Coaching, Psicología

Según el modelo de comportamiento DISC, el estilo I es extrovertido y orientado a las personas, acelerado y verbal, influyente e interactivo, espontáneo y optimista. En "Alza el vuelo", este estilo lo representan los loros Indy, Ivy e Iggy.

"Dorian sobrevoló el Gran Lago y divisó a un grupo de loros. Aunque su número no era elevado, daba la sensación de que estaban por todas partes..., las risas de los loros se podían escuchar de un extremo al otro del bosque. Dorian agudizó el oído durante unos minutos mientras los loros se entretenían con su cotorreo habitual".

"El propósito del Hogar no es estar organizado, sino disfrutar de la vida... Yo siempre digo: «¡Vive el momento, vuela despreocupadamente!», interrumpió Ivy".

"Al igual que los colores que iluminan sus plumas -comenzó Xavier-, los loros aportan vida al bosque. Despliegan optimismo y viven el momento, que para ellos siempre parece estar impregnado de alegría y agitación. Les gusta mucho interactuar con los grupos y son muy eficaces a la hora de influir en los demás mediante su pasión y entusiasmo... También aportan ideas frescas y soluciones creativas allí don los demás sólo ven un callejón sin salida".

En general, los I son entusiastas, carismáticos, divertidos, sociables, locuaces, abiertos, vigorosos y muy persuasivos. Les motiva el reconocimiento, la interacción con los demás y la libertad; en cambio, no les gustan los detalles y en ocasiones se vuelven extravagantes, descuidados, indiscretos, excitables, atolondrados y suelen perder el sentido del tiempo. Por encima de todo, les gusta establecer relaciones, por tanto, temen ser rechazados.

Al igual que los loros Indy e Ivy, las personas I tienen una mente activa, buscan constantemente los estímulos y disfrutan interactuando con los demás y con el mundo que les rodea. Esto les permite manejarse bien en entornos sociales e impulsa su sed de aventuras.

LORO

Gracias a su ilimitado optimismo y a su innato don de gentes, las personas I resultan muy persuasivas y edificantes. Allá donde van se divierten e infunden alegría y energía positiva a todos los aspectos de la vida.

La intuición y la naturaleza libre de las personas I les permiten crear ideas «fuera de lo establecido». No se detienen en minucias, ya que los detalles sólo consiguen restringir su imaginación. Las personas I se concentran en el futuro y viven en el plano de la posibilidad, donde todo es emocionante y se puede conseguir.

En las personas con estilo dominante I podemos identificar las siguientes conductas observables: enorme sonrisa, ojos abiertos y una risa sincera que puede llenar la sala; a menudo utilizan todo el cuerpo para dar énfasis a su excitación o para desarrollar un tema, ocupando sin darse cuenta mucho espacio físico. Cuando hablan, su tono de voz abarca desde la felicidad hasta la excitación. Si algo es bueno para una persona I, es extraordinario. Si algo es malo, es horrible. Dan la sensación de que tienen anécdotas para cada tema.

Un uso excesivo del estilo I puede llevar a las personas con este estilo a albergar ideas poco prácticas y nada realistas. Como carecen de hechos y de detalles esenciales, pueden hacer uso de la exageración o de la manipulación para convencer a los demás. En situaciones de estrés, las personas I a menudo se muestran desorganizadas, manejan mal el tiempo y simplemente tratan de salir de las situaciones difíciles, en lugar de ejecutar un plan.

Por tanto, las personas con un marcado estilo I tal vez necesitan rebajar el tono de: locuacidad (evitando hablar siempre y escuchando más a los demás), optimismo (desarrollando la objetividad para ver las cosas tal y como son), espontaneidad (considerando las diferentes opciones antes de actuar), multifuncionalidad (acabando una tarea antes de empezar la siguiente), informalidad (adoptando una conducta más profesional en algunos entornos que lo requiera), entusiasmo (concentrándose en los detalles de la tarea, y no sólo en el concepto), método no estructurado (siguiendo los procedimientos establecidos en cada caso), y pensar con perspectiva global (mostrando una visión a medio y largo plazo antes de tomar decisiones precipitadas).

En el trabajo, las personas I prosperan en entornos laborales optimistas y de mucha energía, poco estructurados o formalizados, que fomenten la interacción en grupo, dotándoles de libertad y de flexibilidad. Un director que practica el «ordeno y mando» no sacará lo mejor de una persona I.

Un director que practica el «ordeno y mando» no sacará lo mejor de una persona I.

El estilo I viene a representar el temperamento clásico Sanguíneo, relacionado con el elemento Aire y el color Amarillo.

En “Liderar para el bien común” (2015, LID Editorial), el profesor Luís Huete identifica el estilo influyente I con la cultura latina, afirmando que "estas personas pueden llegar a ser sobresalientes en flexibilidad, creatividad, capacidad intuitiva, improvisación, comunicación, creación de red de conocidos, dotes comerciales, olfato por las tendencias, capacidad comercial, creación de personalidad en las marcas, posicionamiento, gusto por lo estético, sentido mágico, persuasión, diversión, etc". Por otra parte, "es muy probable que acaben siendo personas necesitadas de aplauso, superficiales, snobs, volubles, inconstantes, desordenadas, exageradas, con tendencia a mentir, poco atentas al detalle, promiscuas, carentes de método, etc."

Del deseo de variedad mal gestionado pueden surgir otros dos trastornos de conducta:

- La conducta adictiva, en la que se pierde el control sobre algún aspecto de la vida personal. Puede ser la bebida, el tabaco, el juego, las drogas, el sexo, el trabajo, internet, el poder, el dinero y un largo etcétera que incluiría todas aquellas cosas atractivas a las que se puede acudir para buscar diversión, novedad y satisfacción inmediata. La conducta adictiva también es frecuente entre directivos. Lo que empieza como un divertimiento o un capricho puede acabar siendo una enorme servidumbre en la que la fuerza del hábito es superior a la voluntad que pudiera ser movida por la razón y sus consideraciones sobre lo que es conveniente y no solo “gustoso”.

- La conducta narcisista es aquella que busca ser el centro de atención, y en la que prima una imagen de uno mismo idealizada, se sobreestima el talento personal y se tiene una excesiva necesidad de admiración y afirmación. Una manifestación de este trastorno es un egoísmo elevado con la consiguiente desconsideración de las necesidades y sentimientos ajenos. Al final, esa es la paradoja, suele coincidir con un nivel de autoestima bajo o como mínimo erróneo.

¿Te identificas con el estilo I Influyente? ¿Quieres comprender por qué te comportas como lo haces? ¿Y si pudieras entender la conducta de los demás? ¿Deseas identificar tus fortalezas y limitaciones? ¿Cómo aprovechar el conocimiento de tu estilo de comportamiento para relacionarte con los demás? En PROLIDERA evaluamos tu patrón DISC, te damos feedback para identificar tus fortalezas y debilidades, y ayudamos a establecer un plan de desarrollo mediante la metodología coaching. ¿Hablamos?

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